Buscando El Punto Intemedio

No he podido evitar esribir aquí la conversación que, con cierto personaje que vive por mis aledaños, mantuve esta navidad. Así que, he tirado de Google Maps para hacer las cálculos e intentar ser lo más exacto posible.

Resulta que el personaje tenía que recoger a cierto familiar suyo por pena y miedo a que se mojara por la lluvia. Las escalofriantes cifras de distancia y tiempo a recorrer por el susodicho joven familiar eran 1,2 kms o en su defecto 13 minutos de saludable paseo.

En ese preciso momento de la conversación, desconocía yo que una riada estuviera arrasando la ciudad o que estuvieran trayendo carros de ahogados a la plaza como consecuencia de las sutiles y pocas gotas que estaban cayendo. No pude evitar dejarle el indirecto mensaje de que «el agua de lluvia no encoge fulano», por no decirle que a estas alturas de la vida desconozco de algún caso de muerte como consecuencia de entrar en contacto con el agua de lluvia.

Ahora veamos la otra cara de la moneda: niños que tienen que caminar entre 3 y 10 kilómetros para ir a las escuela o incluso otros que hasta 20.

Africa: Niños en bicicleta a la escuela.

¿Porqué unos tanto y otros tan poco? Los cómodos, derrochadores o conformistas alegarán rápidamente que el mundo simplemente es así, que las cosas son como son o simplemente se quedarán sin comentarios.

Habiendo transporte público, chubasqueros y paraguas, esto que hacemos aquí me parece un auténtico derroche, pero DERROCHE con mayúsculas. Me parece llevar las cosas demasiado lejos, no sé vosotros, pero es que yo no tengo palabras suficientes, más bien me avergüenzo de que seamos como somos. Ni lo que pasaron nuestros abuelos, ni lo que ocurre ahora ni lo que está ocurriendo en lugares de Africa como los que indico. Creo que estamos alcanzando cotas de absoluta estupidez: no pases frío, no te mojes, no pases sueño, no pases hambre, no sudes, no te canses, no pases calor, no estudies tanto, no te esfuerces tanto… En otras palabras: una sociedad entre algodones como buenamente afirma Pedro Cavadas. Y ojo, que esto que comento, se puede extrapolar a muchos aspectos de la vida.

Cada vez uno entiende más porqué las cosas son como son y porqué nos va como nos va.

Publicado por Perico

Ciudadano del mundo.

18 comentarios sobre “Buscando El Punto Intemedio

  1. Me lees el pensamiento, a mí me hierve la sangre cuando veo a las personas tan blanditas y delicadas como flores, tengo la impresión de que no tienen ni la más remota idea de lo privilegiados y afortunados que son sólo por haber nacido aquí.

  2. Me contaba mi abuelo en ocasiones que de pequeño vivía en un molino (su padre era el molinero) y que la distancia que había de su casa al pueblo eran cuatro o cinco kilómetros, mediando entre ambos puntos una “montaña” que había que subir y bajar. Me contaba que todos los días mientras pudo ir al colegio tenia que ir y que volver por esta ruta y que siempre lo hacia acompañado pe un palo y un aro como entretenimiento (el palo hacia rodar el aro ante sus pies).
    Al oír la historia, yo quedaba siempre fascinado (cuando era pequeño, claro) porque para ir al cole él hacia todo aquel trayecto, mientras que a mi me recogían en la esquina de la calle con el autobús.
    En el mismo sentido me contaba a veces mi abuela cosas sobre donde tenían que ir para comprar pan, o para trabajar, o para ir al medico. Ella vivía en una pequeña pedanía gallega de cuatro o cinco casas en medio de los campos.
    Y todo ello lo indico porque ahora nos hemos vuelto acomodados. Caminar mas de 5 minutos supone que ya nos planteemos si sacamos el coche. Lamentable. Pero lo peor de todo es que los niños, las futuras generaciones, están peor que nosotros porque ya están acomodados hasta niveles increíbles.
    Tu hablas de 1,3 kilómetros y trece minutos de camino. En un reciente evento laboral, donde mi empresa se mostraba al publico, desde mi punto hasta un establecimiento de comida rápida habían unos 500 metros (siendo generosos). Delante de mi, un padre “batalló” durante casi 5 minutos con sus hijos de 8-10 años para ir a comer andando al lugar indicado y los niños se negaban en redondo. Al final el padre sacó las llaves del coche e imagino que irían en el a comer.¡¡¡¡500 metros!!!!
    La verdad, es penoso ver lo vago, acomodado y guarro que se ha convertido el ser humano. En que mala hora para Gaia nos volvimos seres racionales.
    Para esto, mejor no haber salido del fango.
    Un abrazo, Sensei

    1. Por cierto, es una pena no haber conocido a tu abuelo. Después de las cosas que me has contado sobre él, habría sido una persona de esas que vale la pena conocer 🙂

  3. Te hubiese encantado. Objetivamente hablando, la persona más inteligente que he conocido nunca.Y autodidacta. Si hubiese nacido con los actuales medios…..

  4. Este es el gran mal de esta sociedad en la que vivimos.
    A todos nos guta vivir lo mejor posible, veo imposible renunciar a las comodidades, solo hay excusas como bien decias.

    1. Hola Paco, en algún momento de nuestra educación se nos ha perdido algo. Me parece perfecto que todos queramos vivir con «ciertas» comodidades, pero nadie nos ha enseñado a ser comedidos sino más bien todo lo contrario. Cuanto más derroche mejor, símbolo de opulencia, y si dices que tú no pasas por ahí ya eres el agarrao y el rata.

      Bona nit y gracias por tu comentario.

  5. Ardorin, perdona, pero eso no le pasa a todos los abuelos del mundo,… en fin no es un tópico «si hubiese nacido con los medios actuales» ya me lo contaba el mio (que seguro que era mas inteligente que el tuyo), desde siempre, no seamos tontos que las historias estan dentro de un contexto determinado, y las circunstancias actuales son las que son, y seguramente tu abuelo y el mio estarian igual de jodidos, en esta sociedad….. y por cierto esta sensibilizacion postcrisis que estamos viviendo yo ya la defendia antes, pero la gente como vosotros que ahora abris los ojos y empezais a daros cuenta, me pregunto donde coño estabais…. igual que la idolatracion por el señor Cavadas, que habla como habla porque la cuenta bancaria la tiene muy nutrida… ABUR

    1. Hola Pepe, que te veo bastante caliente. Cuando te refieres a la sensibilización postcrisis no sé a qué ni a quién te refieres exactamente cuando dices «vosotros». Si has seguido este blog desde sus inicios, antes del batacazo del ladrillo, habrás podido comprobar que he mantenido siempre la misma línea o al menos lo intento. En más de una ocasión he dicho por activa y por pasiva que el ritmo que se llevaba no se podía mantener (tanto económica como medioambientalmente) y que al final, gustando o sin gustar, recogeríamos lo que estábamos sembrando (y por lo que veo no me he equivocado mucho).

      Respecto a Pedro Cavadas no es que lo idolatre, porque también es humano y, en mayor o menor medida, también tendrá sus miserias, pero tenemos que reconocer que si otros muchos hicieran lo que hace él, otro gallo nos cantaría. Al César hay que darle lo que es del César. Yo no tengo la cartera llena y tengo ciertos puntos de vista en común con él o al menos eso creo porque no lo conozco personalmente. Aparte del argumento de la cartera llena, me gustaría saber en qué más te basas para decir lo que dices.

      En fin, que ya me cuentas.

      Bona nit

    2. Pepe, otra cosa. Cuando afirmas que tu abuelo era más inteligente que el de Ardorín, imagino que tendrás algo en lo que apoyarte. De otra manera, sé cauto con lo que dices porque como bien dice mi padre, que es muy dado al refranero, «palabra y piedra suelta no tiene vuelta».

      Un saludo y otra vez bona nit.

  6. Por alusiones voy a responder a Pepe, por que quizás hay cosas que en el anterior comentario no explique bien. De entrada, no dudo que tu abuelo sea más inteligente que el mio, pues ya matice yo que para mi el mio era “el mas… que había conocido” y al tuyo no tengo el placer de conocerlo, y la referencia a los tiempos actuales eran más dirigidas hacia los medios disponibles para el estudio que otra cosa. Mi abuelo aprendía las cosas leyendo libros y manuales y desmontando las cosas para fijarse en ellas. Si hubiese tenido toda la capacidad de información que existe ahora, hubiese aprendido muchísimo más. Era una persona que no podía dejar de darle vueltas a mil cosas a la vez. La historia de cuando iba al cole andando, no es para hacer referencia a que antes no habían coches, sino que antiguamente, las piernas se usaban más y mejor, no como ahora. Da igual el contexto, siempre puedes ir andando, pero lo que ocurre es que ahora la mayoría somos una panda de vagos redomados, que por no caminar, o sacamos el coche o no vamos. No creo que mi abuelo (y pienso que el tuyo tampoco)estuviesen tan jodidos en esta sociedad: mi abuelo nunca tuvo más de un coche, más de una casa o se fue de viaje más de una semana al año. No conoció las escapadas de fin de semana, ni otras tonterías que hacemos muchos para evitar la presión laboral. La situación jodida la pasaron del 36 al 39 y posteriores, mientras se reconstruían las ciudades y no había nada para comer. La situación “jodida” de hoy, creo que le haría sonreír, porque nosotros mismos nos hemos metido en ella, con nuestro egoísmo y nuestras ganas de aparentar que tenemos más que otros. Sobre la sensibilización postcrisis, no se que decirte ni donde “coño estaba”: en el año 90, 91 y 92 pertenecía a Cruz Roja y estaba comprometido con diversos proyectos de ayuda contra el hambre en África y repoblación de masa forestal en diversos puntos de la Península. De la construcción descontrolada ya me di cuenta en mi trabajo y en otras ocasiones, como en Biescas (un barranco natural colapsado por centenares de caravanas y tiendas de campaña)rescatando cadaveres o la ayuda a poblaciones anegadas por inundaciones al tapar con sus casas los desagües naturales, solo para ganar 120 metros más de suelo urbano. De la contaminación medioambiental, algo sabia, porque mi abuelo(otra vez él) trabajaba para Hidroeléctrica Española y colaboro en la construcción de casi todos los pantanos españoles, además de algunas centrales térmicas y un par de nucleares. Y siempre lo tuvo claro y nos lo dijo:eso no es nada bueno, aunque tampoco hay que ser un lince para ver que el humo de sus chimeneas no tiene buen color, ni un Sr. Einstein para sospechar que esos humos no eran buenos. Del Sr. Cavadas no puedo decir mucho, solo se lo que mi amigo Pedro y su señora (sobre todo ella) me ha explicado. Un médico que una vez cada cierto tiempo se va a África y hace un cierto número de operaciones para ayudar a aquella gente(sea para coger más fama, para quedarse en paz consigo mismo o pagado por una ONG). Si tiene la cartera llena o no, no lo se, aunque intuyo que sí, ya que es médico. Pero solo el motivo de ir a África, a rodearse de gente necesitada, con pocos medios o moribunda por las enfermedades durante ¿una semana?, es algo que no he visto hacer a muchos. Yo al menos no lo hecho ¿y tu? Un saludo.

  7. Perico y Ardorín, se necesita más gente como vosotros! Estoy encantada de leer vuestros textos, me da esperanza el pensar que todavía hay gente concienciada en este mundo que de verdad trabaja por ayudar a los demás.

    En cuanto a lo de coger el coche para un trayecto corto, pues si, es una barbaridad. Pero a mi ya me parece una barbaridad que en una misma familia tengan coches el padre, la madre, el hijo y la hija. Además en una ciudad como Castellón, que más que ciudad es un pueblo y se llega a todos los sitios caminando.

    Yo no tengo coche y la verdad que tampoco llevo planes de comprarme uno, con el transporte público y mis piernas me las arreglo bien. Y cuando necesito uno lo alquilo y ya está.

    Por cierto, no hace falta remontarse a la época de nuestros abuelos para oir historias de la escasez que dejó la Guerra Civil… mi padre me contaba que cuando estudió la carrera de Físicas hacía los ejercicios en papel de wáter.

    Un abrazo para todos!

    1. Pues hija, tu padre es mi héroe. A lo máximo que llego yo es a repasar en hojas «sustraidas» del contenedor de reciclado del curro e incluso de la papelera… Y respecto a lo del coche, me recuerdas a mi buena profesora y compañera Gloria, conocida como Servidora y lamentablemente ya fallecida :(.

      Buenas noches desde el sur.

  8. Perico, suelo decir que «la lluvia no es ácida» porque hay que ver las que se montan cuando llueve, qué incoherencia.
    Has visto el pps de los niños que hasta se tiran por una especie de tirolina para ir a la escuela???

    Un abrazo

    1. He visto tu comentario por los pelos. No sé dónde diablos está el correo que me dice que me has posteado 😛 Todavía no he tenido tiempo de ver el pps pero tomo nota. Gracias. Y por cierto, me recuerdas a Pedro Cavadas cuando dices que la lluvia no es ácida. Como dice él: ¡Coño, que es agua lo que cae, no es salfumán!

      Bona nit y gracias de nuevo por tu comentario.

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