El Corte Inglés y Su Doble Rasero

Ya hace como tres o cuatro jueves que acudí a El Corte Inglés con el fin de comprar unos cartuchos de tinta para la impresora. Una vez efectuado el pago procedo a introducir los cartuchos en mi mochila y me dice el dependiente: «Eso no, los cartuchos en una bolsa por favor. Son las normas de seguridad de la empresa». Ante este comentario le digo que yo no quiero bolsa, que yo llevo mi mochila y reitero que no quiero bolsa. El dependiente, con toda la naturalidad del mundo, procede a introducir los cartuchos en una bolsa de la empresa y acto seguido me dice: «Entiendo que no quiera bolsa por aquello del medio ambiente, pero a mí me dictan unas normas y tengo que cumplirlas. Lo siento, pero yo estoy por encima del medio ambiente». Por una milésima de segundo ese comentario me resultó incendiario, provocativo, pero tras tomar aire e intentar ponerme en el lugar del dependiente, quise entender que se trataba de un acto de pura supervivencia y que quizás, en su posición, yo habría actuado de la misma manera. El que paga manda. Acto seguido recojo el ticket y sin mediar más palabras me presento en el departamento de atención al cliente, donde una dependienta me abre unos ojos como platos cuando le digo que quiero rellenar el libro de reclamaciones porque literalmente se me ha impuesto una bolsa de plástico. Así que, la empresa en cuestión, tiene unas hojas de reclamaciones a efectos internos, si bien en letra pequeña dicen que tienen hojas de la Generalitat a disposición del cliente, por lo que puede que de esta manera se estén evitando unas cuantas reclamaciones oficiales, en otras palabras: están lavando los trapos sucios en casa. Lo mejor de todo fue cuando en otra sección y procediendo de la misma manera, metí toda la mercancía en la mochila sin que el dependiente pusiera la menor objeción: a ver si nos aclaramos oiga…

Así que, como viene siendo cada vez más habitual, el Corte Inglés no es ajeno a esta moda de lo ecológico, de lo verde, porque lo verde vende. Por ello te vende bolsas de tela para evitar las de plástico, por ello te ofrece una buena variedad de productos alimenticios ecológicos y alguna cosa más. Sin embargo, por otro lado te ponen la calefacción a toda pastilla (me gustaría saber de los kilowatios consumidos), te venden cartílago de tiburón en la parafarmacia, ajenos, en principio, a la problemática de los escualos y te acaban de poner la puntilla con los abrigos de piel. En fin, el doble rasero que os comentaba.

P.D. Unos días después de la reclamación, me llamaron del departamento de atención al cliente y me comentaron que disponen de unas cintas de papel como alternativa al plástico. LLegado el momento, si es que llega, os cuento.